lunes, 5 de julio de 2010

El día que Carancha se vistió de héroe.



Tuvieron que pasar exactamente 41 años y 3 meses para que Carancha logre entender su razón de existir, el porque aquel ligero espermatozoide que alguna vez fue, aventajó a otros y le permitió salir al mundo.
Luego de unos 31 años ininterrumpidos de fútbol amateur en el “Torneo Comercial de Tafi del Valle”, Carancha parecía resignado a que por su posición en el campo (lateral izquierdo, de poca y dificultosa proyección) nunca podría experimentar la sensación inigualable de gritar su propio gol.
Los años transcurrían y sus mas que escasos minutos de titularidad hacían que la posibilidad sea casi inalcanzable.
“Menos gol que Carancha” o “El día que Carancha meta un gol”, eran algunas de las frases populares del pueblo.
Así y todo, Carancha transitó sus 41 años con dignidad ejemplar, siempre fue un respetado albañil, tímido y muy trabajador.
Cuenta una leyenda popular que en un caluroso verano de 1984, Carancha, en un desaforado intento de despeje, a unos 2 metros a la izquierda del círculo central, pateo con gran impulso y la pelota beso la parte superior del travesaño y salio. El memorioso Atilio Manfredi, vendedor de choripanes, afirma que el lateral izquierdo aquella tarde noche no era Carancha y que la pelota no tocó el travesaño.
Era tema habitual en las extensas trasnochadas etílicas de Tafi el intento de encontrar una razón por la cual Carancha nunca había logrado anotar. Oscar Catán, cuya panadería se situaba a una cuadra de la casa de Carancha, afirmó una calurosa noche que el motivo era que su pierna izquierda era notoriamente mas corta que la derecha, eso hacía que cuando tomaba velocidad, perdía estabilidad y eso siempre afectaba sus impactos. No menos memorable fue la teoría de Miguelo, vago hasta para ir al bar, este sostenía con absoluta seriedad, que al Carancha lo habían engualichado de chico, porque sino por pior que era algún gol tendría que haber hecho. La complejidad de este caso no sólo sorprendía a la localidad, un Enero de 1999, expertos de la Universidad de Missouri soportaron los 45° de calor y las deficiencias de un 0 a 0 del equipo de Carancha contra “Peña Amaicha” para llegar a la contundente conclusión: “There is no mistery. He is too bad”.
Sólo sus sueños reparaban su falta de gol, en ellos era Carancha, “El bombardero de Tafi”… el que nunca fallaba un gol, la hinchada lo veía ingresar al campo y preparaba la garganta, 2, 3, 6 y hasta 48 goles en un solo partido alcanzo a convertir. Todos los lujos, hasta una irrepetible chilena de rabona estuvieron presentes en su repertorio. También eran muy originales sus festejos, desde tumbas carneras múltiples, interpretaciones de Elvis Presley (su ídolo), señales a su patrón de la obra, que en ese sueño estaba en la tribuna hasta el insólito festejo en el que se fue de la cancha a la panadería de Oscar Catán a comprar cañoncitos y nunca volvió, se fue a su casa a merendar… lujos que uno puede darse en sueños…
“Roma no se construyó en un día” se repetía todas las mañanas de su vida Carancha.
En Octubre del 2009 oyó la noticia que nunca quiso oír, cuando terminaron de perder 3 a 0 vs. “Peña Tafí del Sud”, el DT del equipo, lo convocó a el y a todo el equipo y le dijo: Carancha, valoramos un montón lo que has hecho en tantos años de esfuerzos, pero el sobrino del Cuqui, se ofreció y es un lateral que anda muy bien, tiene 19 años… Carancha hizo un largo suspiro, miro al DT, a sus compañeros y sentía que las palabras llegaban hasta la boca, rebotaban y volvían… hasta que una se le escapo: y bueh… alentaré de ajuera… el equipo aplaudió el gesto de Carancha (o la alegría de cambio?) y el lateral sin gol volvió a su casa cabizbajo y desolado. Esa noche, el “bombardero de Tafí” no quiso jugar tampoco.
La vida como hincha era muy diferente, ya sin esa presión pero lidiando con la compañía eterna de su falencia frente al arco, pasaron los así los meses de Carancha, no faltó a un partido, el hincha número 1.
Trece de Marzo del 2010, Carancha se levantó temprano, como todos los sábados, se preparó unos mates y se puso a ver la tele mientras acariciaba al Cacique, su fiel compañero. Resolvió un par de trámites, y cuando se acercaba el mediodía, partió para la canchita, a ver a su equipo, jugar los octavos de final (por primera vez), todo un acontecimiento… El partido era muy cerrado y de pierna fuerte. Parecía sellado el 0 x 0…Iban 43’ del segundo tiempo cuando en una jugada desafortunada, el sobrino Cuqui salta a cabecear con el 7 rival, con la mala suerte que cabecea el marote del rival, knock out para el pibe… superada la angustia y el susto, el DT comenzó a preocuparse por quedarse con uno menos y pensar en un alargue… Fue en ese momento cuando se percató de la presencia de Carancha, chequearon rápidamente el reglamento de 5 renglones y nada decía del ingreso de un hincha como reemplazo. Era posible.
Carancha vení! Grito el DT, Carancha un tanto desconcertado se arrimo. Y entablaron este memorable diálogo:
Carancha: ¿Qué pasa jefe?
DT: Entra!!
Carancha: Pero… estoy con jean y zapatos…
DT: No estamos para lujos, cuida la subida del 7.
Carancha: Lo que usted diga profesor.
Y así, el 13/03/2010, inesperadamente Carancha volvía por unos minutos a sentirse jugador de fútbol.
Sus primeros pasos ingresando al verde césped, o mejor dicho en este caso, a la marrón tierra, fueron célebres, sentía un notable dolor estomacal y un nerviosismo propio de un debutante. Para demostrar cierto dominio de la situación, como hacen el profesionalismo, intento dar una indicación al volante por izquierda, pero le salió un gesto similar al pedido de un cortado, lo que no sólo no sirvió, sino que potenció el desconcierto generalizado.
Ya con sus lustrosos mocasines negros tapados de tierra, Carancha se paró como lateral izquierdo y esperó el pitazo del árbitro. El juez del encuentro, antes de dar el pitazo, gritó, 5’ de alargue! Según el testimonio de Julito Mengana – rústico volante central del equipo – lo “despeinó” el olor alcohólico despedido por el referí con aquel aullido.
Habían pasado 3’ de los 5’ agregados, cuando Carancha tuvo su primera participación activa del juego, lo encaró a gran velocidad el número 7 contrario, cuando quedaron mano a mano Carancha se tiró con alma y vida a barrer con todo, pero el muy habilidoso rival lo esquivó y lo dejó pagando, y a pesar de perder su zapato, no perdió su dignidad, se levantó, lo corrió con un zapato y con el pié descalzo despejó la pelota al lateral. Primera ovación para Carancha, los 41 espectadores enrojecieron sus palmas, otros 100 tenían un choripan o una Coca (o ambos) y no pudieron aplaudir. ¿Vaticinio de la consagración?
Con absoluta concentración Carancha volvió a su puesto, el embriagado árbitro lo advirtió: Carancha, póngase el zapato mierda! ¿Quiere que lo amoneste? Carancha obedeció y siguió absorto en el juego.
Corría el cuarto minuto adicionado cuando lo bajan al 6 del equipo, falta unos metros detrás del medio campo, ni bien sancionada la infracción, el árbitro aclama: última jugada del partido, y casi al unísono el DT exclamó: ¡¡Todos al área rival!!!
Los 10, incluyendo el arquero y Carancha se aproximaron al área rival, Ulises fue el encargado de la ejecución, pitó el árbitro y partió el ollazo. La pelota surcó el cielo de Tafí para caer en el corazón del área rival, soberbia ejecución, para desgracia del equipo saltó con una impresionante tijera el 2 rival, e impactó la bola en el centro, con colosal potencia. Hasta que al fin, lo que el caprichoso azar tuvo guardado tantos años, se cumplió. El temerario rechazo impactó en el sorprendido rostro de Carancha, para clavarse en el ángulo superior izquierdo. Hay testimonios de que ante tanta emotividad, la hinchada rival, festejó también.
Y Carancha, con el tabique nasal partido, jeans y zapatos cubiertos de tierra, cuerpo desparramado en el campo y mirada en el cielo grito: Gol!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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