Ícono expresionista y, por qué no decirlo, de todo el Séptimo Arte. El film fue uno de los pioneros en introducir elementos claramente expresionistas en el cine, que pueden advertirse en la estética de los decorados, la iluminación, el vestuario y la actuación. Originalmente, el film iba a ser dirigido por Fritz Lang (director de Metrópolis , entre otras) que tras un tiempo de trabajar en el guión, abandonó el proyecto, dejándolo en manos de Wiene. Sin duda, Lang jamás imaginó que estaba dejando escapar de sus manos la posibilidad de dirigir un film que con el tiempo se convertiría en un referente del movimiento y en un clásico del cine mundial.
Caligari sigue (y seguirá) siendo una película que cualquier curioso del cine no puede dejar de ver, pero ¿qué es lo que hace que aún hoy, a casi 90 años de su primer proyección, sigamos hablando del film?
En nuestra humilde opinión, varios fueron los motivos de su consagración: la originalidad del guión (una de las mejores vueltas de tuerca del cine), el simbolismo (la expresividad de los personajes), el miedo, el amor, la locura, todo esto entremezclado en una atmósfera espesa, con dejos pesadillescos, en la que estaba sumergida aquella lejana Alemania previa al siniestro nazismo (que ya se estaba gestando), con el deseo de poder dar rienda suelta a la nececidad de expresarse libremente, sin opresión.
El gabinete del Doctor Caligari , ingenio y arte mediante, dejó para siempre una huella en el cine, pero también la dejará en todo aquel que se haga el inmenso favor de verla.
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